Si solo pudiera sus labios, con los míos, rozar; sus manos, por mi cuerpo, guiar; su piel , a la mía, atar.
Si supiera que estoy locamente perdida entre sus ojos desde aquel invierno en que le conocí; si tan solo supiera que busqué en muchos lo que solo logré conseguir cuando estuve con él.
Podría rechazar una vida entera con tal de estar a su lado , juntos, en una habitación, rodeados de nada y solo amándonos.
Con el tiempo, conocí a aquella persona por la cual alguna vez podrías lanzarte entero, sollocé a escondidas y premedite bajo la luz.
Descarté mil veces, y me negué, amarte, pero entonces comprendí que no, que yo tenía razón, al principio no era amor… Fue una llama, una chispa a la que yo quise darle fuego, a la que yo decidí llamar en el momento de volverte a ver, amor.
Te encontré, te besé, quise ser toda tuya, aunque la noche se consumió en una charla sumisa qué acabó conmigo provocando mi ser aún más.
Sin embargo quise tu felicidad ante todo . Vi las trabas, los sentimientos heridos que yacían en tu corazón y agradecí tenerte . Prometí cuidarte, quererte y olvida... ese fuego, de una vez por todas, apagar.
Y, entonces, conseguí encontrar en lo físico, lo que no había podido encontrar en un alma: Un hombre idéntico a él con una vida enteramente diferente , con otra alma, con otra voz, con más años y un énfasis por amar impregnado de miedo. Asenté que ambos eran idénticos en eso : El temor hacia un sentir profundo.
Me dejé guiar por la estupidez de seguir intentando quemarte en el infierno de mi mente y más aún, de mi pasión, e intenté pasar todo ese desorden sentimental a este ser, cosa que confunde y sigo sin entender.
Hoy soy sabionda y leo absurdamente las páginas de una escritora torpe que dice que aún te ama, que te busca con sus manos, que siente tu aliento sobre su nuca, que no respira más cuando es tu placer el que la invade , que sabe entender pero le cuesta equilibrar su cabeza con el corazón y que te anhela... Aunque eso solo sea en el fondo de su corazón y bajo el tintero de su pluma, junto a su sonrisa de canela.
[Oh darling, COME ON!]
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