Dos, tres más cuatro.
La ignorancia perdida de este encuentro,
espero recordarte en cuanto me vaya,
espero en mi memoria saber que te encuentras
y que sin actos erróneos justo ahí queres quedarte.
Mis lágrimas se tornan borrosas,
todo ayuda y a su vez quema.
No hay un afloje sin un tire,
de eso me atemorizaba
hoy solo confío en lo que pueda llegar a pasar.
Aunque el miedo me venza,
aunque oculte todos mis temores al sonreír
tontamente.
Este fulgor arde solo por dentro
y arrasa, por eso espero poder llevarte
Para no tropezar y no tener a nadie
a quien llorarle.
Porque aunque sé que estoy equivocada,
estoy más perdida que con ganas
de seguir, realmente.
Y necesito llevarte, porque me mata,
el estar sola me enreda y
esto sí es caer, floja y dispareja.
Sin embargo él me abraza,
sin embargo él me ruega piedad
Ellos si me importan, por ellos
soy lo que soy. Por ellos no puedo irme.
Después de todo gracias a ellos llegué.
¿Y vale sufrir tanto con todo el amor
que les tengo? No sé que me pide
esta inseguridad, pero a ellos no puedo dejar
Sería defraudar una vez más
sus alientos y romper nuevamente sus esperanzas.
No me resguardo en mí, y de mí
prefiero mantenerme alejada
porque solo daño me provoca estar conmigo.
Necesito devolución de esta entrega
necesito resguardarme en unos brazos
que sé, que seguros no me van a dejar caer.
No puedo desmentir que el miedo
es mi único compañero en esto
Mi lecho de pánico donde no hace
frío, sino que el calor abrasa.
No es el cielo, ni el infierno, ni el limbo
es el aura de lo próximo y la
continuidad.
Ellos son lo que amo, y necesito.
Jamás me podría permitir
regalarles lágrimas que solo
le pertenecen a mi cerebro,
a mis nervios locos y rotos, ya tan rotos.
Estar sola es una poción
que desata un veneno.
Una inyección que te abate
el alma y te despoja.
Una que no te mata, ni te fortalece.
Pero ellos sí me dan brillo
y son el sol de mis ínfimas mañanas.
Ahora que estoy perdida,
yo sé que ellos están por más
de que no los vea, no los escuche
No los huela, no los toque
y solo con sus quejidos,
sus pretensiones, sus sentimientos
sí, realmente están.
Y yo… ¿Por qué?
¿Por qué me voy?
¿Y por qué tendría que quedarme?
Que muchas veces me hayan dicho
que no hay vuelta atrás,
es lo que hoy compruebo sin lugar a dudas.
Tú no estás más, te me fuiste de las manos
como arena en las tinieblas.
Ellos, indistintos, ya no puedo sentir, ni tocar.
Y el resto… (Suspiro) el resto,
no es más ni menos que eso.
Es por eso que hoy, sola debo marchar
y la frente no debo bajar.
Y si me voy y me esperan,
benditos sean los que esperan…
Pero que esperen, mejor
Pues de toda rosa marchita
siempre quedan restos.
Pétalos que se unen, se pegan,
juegan con la humedad de la tierra
y sin temor a la sequía
No se asustan a crecer,
ni a prevalecer luego.
Aunque como todo,
está vez es el tiempo el que espera
por verla renacer
Y no la rosa, quien
avisa.
Entonces esperen,
que irme no es definitivo
quedarme tampoco.
Estar sola, es el medio;
renacer, estar arriba y
volver a subsistir la tierra
desde la planta de nuestros pies.
Cálida y tibia tierra.
Tan solo sé que no sé
Absolutamente nada de nada
de la vida, y que es de lo más
impredecible.
No puedo reírme a sus espaldas
Siempre gana. Siempre golpea,
duro y parejo.
No hay chances de esconderse
sí, de elegir…
una y otra vez.
Prefiero golpearme,
prefiero asustarme,
prefiero irme
y a su vez quedarme.
Solo vale decir, que
A aquellos que esperan,
que no reclamen y esperen.
Que la espera es el precio;
el paquete, el renacer.
El regalo, después de todo, la vida.
[APARENTA... UNA Y OTRA VEZ, BROTA DE TU LLANTO UN ÁRBOL QUE ESTREMECE LA TIERRA]
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