Sabes que a veces respirar es un sueño,
el suelo bajo tus pies
el regazo bajo tus miradas.
Pero este sueño no tiene fin...
te encadena, te amarra y tira
bien hacia adentro.
No hay dolor que encaje más
que este.
Y sin embargo te debates
entre dos personas, completamente
diferentes.
A las dos, que lamentablemente,
me acostumbraste a amarlas,
quererlas y adorarlas hasta el punto muerto.
Sangre se derrama tras los escombros
de este profundo amanecer,
y te escondes, desafías tu destino,
esquivando los gritos en tu cabeza,
los reproches de todos esos ojos
ajenos que aprovecharían tu debilidad
para poseerte, manejarte y dominarte
por completo.
Lo lamento, lo siento, pero
no es mi intención lastimarte
ni menos hundirte.
Solo se que mi sentir se prolonga
bajo tu alma,
quien en este momento
esta oscura, sin movimiento alguno
en receso de paz, quizá.
Pero te encontré, si,
y mis manos comienzan a
tiritar la vejez de la que había escapado
hacia mas de mucho tiempo delictivamente,
para no permitir morirse, sin tu presencia justa.
Volver del infierno, recorrer el limbo,
volar por el cielo y por fin pisar la tierra
como alguien más, para por fin llegar
hasta recomenzar.
Te soñare, hasta despertar y despertare
para jugar un rol de vida
y acompañarte con mi mano
sobre la tuya, que temblorosa
hace el ultimo recorrido bajo mi
mejilla, dejando un incesante listado
de cosas, que desear…
sábado, 26 de julio de 2008
Un pasatiempo de fecha. Recorrido muerto.
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