viernes, 4 de diciembre de 2009

Fuego.


Mis brazos te los regalo y los dejo abiertos para que cada vez que necesites protección entiendas que estoy;
Mi pasión, mi más sútil arma, hoy es una bomba de tiempo que al verte solo tiende a estallar;
Mis manos, hechizadas, que se pierden y se alocan a cada instante cuando de tu piel se trata;
Mis ojos, ansiosos, que solo atenuan a buscar los tuyos para no perderse y, para descansar;
Mis pies, aquellos que recorren cada espacio de tus delicados brazos, rozándolos suavemente, abriendo paso a lo incierto.
Mi cuerpo, un desastre que desiste hasta llegar a tí, una pintura alocada que desea acaparar toda la atención de sus espectadores y una dosis entera de arte, de goce, de miradas, de ríos llenos de placer, de risas y besos esparcidos por doquier.
Estoy llegando al sol, ardiendo en cada recoveco, entrando en cada línea de lo prohibido, atrapando a cada minuto, haciendolo polvo. Llego hasta las estrellas y, como en un circo, chocamos ferozmente, haciéndose ellas nulas al entrar en contacto con mi fuego. Me temen pero danzan conmigo, se ven atraídas a ese momento en el que soy efímera y a la vez un todo y en el que la mejor utopía recorre mis páginas en blanco.
Soy la dueña de la furia y me entierro en cada estado cuando de una conexión se trata, destruyo y construyo con gritos de alegría, me detengo: no hay pasos obtusos, no hay pasos directamente, no estámos parados frente a ésta hermosa galería de imagenes.
Inconsciente estoy frente a tí, tan frágil y tan fuerte, una caja apartada en este laberinto incierto. No me sueltas y tu edor me da tranquilidad. Mi mejor atuendo es el que llevo cuando estoy contigo. No quiero más, vos sos mi todo asímetrico.



ANTONELLA BIANCO.-♥

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