domingo, 7 de septiembre de 2008

Las luces yacen apagadas. (Nostalgia)


Toco el timbre,
y un resoplido se escucha
al fondo de la casa...
Nadie atiende.
Golpeo más fuerte,
pero las hojas vuelan solas
al compás de la tierra
revolcándose sobre la madera.
La casa yace sola,
y quiero entrar,
necesito entrar
en ese sepulcral
destino tuyo...
Para quizá
entenderte
pero no.
El amor recurre
a petrificar el tiempo
para poder con el
alma derribar las puertas
del adiós prescrito,
en este pedazo de vida.
Y probar tu mirada
que ya no puedo ver...
Ya no estás.
La casa está vacía,
y un pétalo emerge de
tus sábanas.

Y nunca, significa
para siempre...
Quizá me mueva sola,
o quizá quiera quedarme,
revolcarme en el piso sucio,
mirar las grietas
y respirar el polvo del recuerdo.

Pero no puedo vivir,
dependiendo de este sahumerio,
de este loco pasar del tiempo,
de este entierro de las cosas importantes
restándoles importancia.
Porque no se puede morir
viviendo en el pasar del tiempo,
o volviendo a necesitar
los años...

Y quizá algún día hagamos algún recuerdo,
porque ahora te hallas fresco
durmiendo bajo un césped,
o bajo un campo de flores
pero flotando por el cielo,
volando más halla que los aviones.

No voy a ocultar este sentimiento,
ni desmentir.
Si te extraño, es porque el corazón
no descansa.
Y sos parte de mí, fluyendo por mis genes.
Algún día quizá, volvamos a vernos
o quizá vuelva a verte dormir,
entre sabanas negras y rojas,
con tu fiel compañero al lado, el gato.
Y encontrar el sueño en el cual
podemos fugarnos, y reírnos
de las ironías que todos adorábamos

en las tardes, de asado...

Ir también contigo, bajo tu sombra,
aunque hoy no pueda encontrar
exactamente las palabras.

Te amo Abuelo.
Feliz cumpleaños 07/09/08
Para siempre en mi corazón, y en todos los momentos que vivimos, desde el tiempo y el recuerdo para siempre.
Que tengas un buen viaje, allá.

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72 años.

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