sábado, 26 de julio de 2008

Hay ciertos caprichos, que una dama no debe tener.


Muchas mujeres tenemos el atrevimiento,
de darnos a conocer como nosotras mismas,
o quizá a dar una impresión incorrecta
para atrapar las atenciones.
Aunque a veces desvanecemos esperanzas,
en nuestro interior, sin ni siquiera saber
que las puertas estan ahí.
Todas podemos cambiar, muchas intenciones,
curiosidades.
Las mujeres tenemos armas, bajo cada sentimiento,
bajo cada razonamiento.
El corazón de una mujer es un inmenso y profundo
mar, que nunca nadie llega a comprender
realmente.
Cada beso de una mujer, se hace sincero, si por cada cual hay una sonrisa, o una iluminación.
A veces refugiarnos, en la bronca, o en el ser misteriosas, o en ser un poco histericas, nos ocultá y nos da a permanecer distantes.
Hay ciertos caprichos, que una dama no debe tener.

(sin animos de ser feminista)

No hay comentarios: