sábado, 26 de julio de 2008

Nunca jamas, bajo un poblado de cielo.


Absorta infinitamente bajo algo que solo sé
y el destino que depara la presencia
cuando algo despelleja el alma y desmiente al corazón
solo un adiós de presencia y un quedo de incertidumbre.
Ángel de eternidad, ángel de despedida, ángel de un inicio,
no me dejes. Te necesito, bajo esta identidad finita de seres.
Bajo este suelo que acalora sentimientos y desgarra destierros.
Ángel debía ser llamado, para merecerse un infierno.
Libéralo de un acogotamiento justo, y desagota las mentiras.
Te necesito, no me dejes.
Quizá me destierre a mi misma si no busco otra alternativa.
No hay verdad que encubra este silencio.
Y el destino me busca perplejo silbando hacia otros rumbos.
Quizá es verdad, y solo quiera escaparme.
Pero no te vayas, te necesito cerca.
Prometer sobre lo jurado y girar bajo finas palabras
que solo yo puedo escucharte.
Prometer la fidelidad de este ser que sin ser visto
vaga bajo las profundas alas de oscuridad
acechando paces ajenas y quizá aniquilando
minutos de conocimiento respirado.
Por favor...
No te vayas.
Y ten de mi, lo que se te de a la necesidad de quedarte parado observando cada instante y otorgándote el descaro de no dañar.
Sueña, esta mañana no se ira jamas,
ni en mil siglos podre caminar lo que este sol, único, me tendió a mis brazos.
Caminare, caminaras y lo haremos.
Es tarde, ángel de paz, ángel de soledad...
Ángel... No me dejes, cuídame bajo tu calor, ese único que tensiona el pensamiento pero calma la necesidad regalando un único sentido.
Toma mis manos, ángel, y besa lo eterno.
Te necesito. Te quiero. Te retengo a mi lado, hasta cuando tengas que partir.
Y solo así, te pido por favor, quédate.

Algún día quizá entiendas. No es un favor, es un grito. No es una mentira, es desmentir. No es un descaro, es amor.

No es que tenes que ser vos, es que tengo que ser yo.
No te atrevas a borrarte de mi mente, para mi siempre serás mi redentor.

Quédate. Te necesito.
Angel. ♥

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