lunes, 28 de julio de 2008

Vampire Knight (Yo le hago el chivo jaja. :P) ♥


- - -Yuki. – y me sonrió cálidamente.

- - -Kaname – le respondí con dulzura. No podía dejar de perderme en sus ojos, mientras que él solo me miraba y con curiosidad pensaba quizá de que podríamos hablar esta vez, cuando entonces me adelante. – No pueden hacerle eso, Kaname. Zero es mi mejor amigo, no pueden encerrarlo.

- - -Quizá lo hacemos porque es lo mejor. – Y al finalizar su dialogo se acercó a mí, tomándo con sus manos, mi frágil rostro, pero no tambalee ya que estaba firme en mis propuestas.

- - -¡No! ¡No es lo mejor! Encerrarlo, solo es hacer que se desespere más, que desencadene su agresividad a través de la locura. En cambio con nosotros puede sentir el apoyo, el cariño, el amor y darle una cura antes de que se transforme en el nivel “E”. No quiero que sin buscar una cura, terminen por matarlo por una naturaleza, que nunca deseo.

- --Te lastimo. – y señalo mi cicatriz en la mejilla izquierda.

- - -Es su NATURALEZA. – le remarqué. – además, fue mi culpa. Yo quería salvarlo.

- --¿Salvarlo poniendo en riesgo tu vida? Ay, Yuki. – Se alejó de mí, mirando por la ventana y sintiendo pena.

- --Yo no soy esa persona que todos piensan soy. – le dije acercándome y tomándole la mano. – Sé lo que hago, y las decisiones son mías, después si me equivoco son parte de mi responsabilidad.

- --¿De verdad? Yo tengo su misma naturaleza, sin embargo no estoy matándote…

- - -¡El es un novato! No sabe manejar sus instintos… no sabe. – y me alejé de él, sollozando, pensando en el triste final que Zero podía llegar a tener, y pensando que quisiera o no, Kaname tenía razón. Zero y él, eran enteramente diferentes. Sobretodo porque Zero no podía elegir, Kaname, sí.

- --¿Es su supuesto malestar, el que te deja sin aliento?

- - -¡Él no puede elegir, Kaname! Si existiera una solución…

- --Existe. Yuki, quiero tu felicidad, sos el objeto más preciado. – dijo acercándose a mí, secando mis lagrimas. – Quédate tranquila, todo va a salir bien. Te lo prometo, mi querida Yuki.

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